Tras el verano, llega la vuelta al colegio y con ella, la
liga de Escuelas Católicas. Y después de un mes de entrenamientos y preparación;
el sábado 5 de noviembre daba comienzo la nueva temporada de baloncesto.
El año pasado éramos Cadetes de segundo año, por lo que
ahora somos las “pequeñas” de la liga (Juvenil de primer año). Pero que nadie
vaya a pensar que eso nos va parar. Seguimos con el mismo objetivo que estas
últimas 5 temporadas: Quedar primeras de Madrid. Y de momento hemos empezado
bien.
El partido de este sábado era muy importante ya que era el
primero que jugábamos desde la final del campeonato de Torremolinos. Era
crucial ganar para deshacer el nudo que se nos quedó tras perderla. Además,
Calasancio es un rival que seguramente nos apriete al final de la temporada así
que mejor llevarles ventaja.
En la primera parte, arrancamos un poco dormidas; sin
acertar mucho en ataque y con una defensa blanda. Perdimos los dos cuartos y
fuimos al descanso 5 puntos abajo. Nuestro deseo de ganar y demostrar el equipo
que somos, hizo que en la segunda mitad saliéramos a por todas. Era tal la
intensidad en defensa que no podías ni parar a pensar: “¿Estoy cansada?”. Y
gracias a ello el ataque terminó siendo un poco más fluido, conseguimos
ponernos por delante en el marcador y finalmente GANAR el partido.
Con lo que me quedé de este sábado no es con el haber
ganado, que también es importante. Sino con que no importó el hecho de que en
el descanso fuéramos perdiendo. Nos recompusimos y empezamos aún más fuertes y
unidas el segundo tiempo. Y que a pesar de aquella final del campeonato que
perdimos y nos destrozó, todas volvimos y decidimos seguir como EQUIPO. Así que
más vale que Madrid se prepare, porque las Juveniles del Mater están de vuelta
y piensan llevarse a casa esa bonita copa de Campeonas.
María Piedra. Jugadora del juvenil femenino de baloncesto
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