Jugábamos contra el colegio San Patricio Moraleja en
nuestro pabellón.
Al subir a calentar nos cruzamos con ellas en las
escaleras, y nos preguntaron de qué curso éramos, y tras responderles que de
sexto, nos dijeron que éramos muy bajitas.
¿¿Bajitas??, el comentario no nos hizo mucha gracia,
por lo que íbamos a sacar toda nuestra garra, ya se notaba en el calentamiento.
Este era un partido súper-importante, ya que eran
rivales muy fuertes, y había mucha tensión.
Empezamos genial, robando el balón y anotando
canastas, casi no pasaban de medio campo, y el parcial fue de 17-2.
En el segundo saltaron todas las alarmas, ya que se
lesionó en el tobillo Laura, nuestra gran capitana, y tuvo que ser sustituida
por Sofi; todas lo hicieron muy bien.
Para el descanso, íbamos ganando 28 a 9, así que empezábamos
a pensar que no éramos tan “bajitas”; con todo seguíamos nerviosas porque no
sabíamos cómo iba a transcurrir el partido, no podíamos confiarnos.
Salí en el tercer cuarto (los entrenadores me
dijeron que era el “arma secreta”), y entre los nervios que tenía, la tensión,
y lo mucho que tuve que correr de un lado a otro de la pista, me mareé a los 5
minutos.
Sin embargo, ya íbamos 48-10.
Parecía que los nervios me podían, pero después de
una Coca-Cola, una piruleta, un chupa-chups, y el apoyo de mis compañeras y
entrenadores, volví a salir, y ahí fue cuando realmente me di cuenta de la
fuerza del EQUIPO.
Acabamos 58 a 16, y todo fue emoción y alegría.
A pesar de todas las adversidades ganamos de nuevo,
y es que seremos bajitas, pero sobretodo…………..
¡¡¡SOMOS LAS GUERRERAS!!! - ¡¡¡SOMOS LAS
GUERRERAS!!!
¡¡¡SOMOS LAS GUERRERAS!!!
Patricia Hernández
Fernández
Jugadora Alevín
Femenino
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